lunes, 26 de marzo de 2012

En memoria de Antonio Tabucchi

Comparto algo que había escrito no hace mucho, como "tarea" para un grupo de lectura (grupo de amigos, en realidad) del que formo parte.

Quería compartirlo antes pero no me decidía. La noticia de hoy me convenció de hacerlo. Ojalá mi breve comentario sirva para que alguien más se interese en conocer a este autor que ayer nos ha dejado. Demasiado pronto, para mi gusto :(

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Apreciación
sobre el fragmento leído de un cuento* de Antonio Tabucchi

Lo que más recuerdo de cuando leí por primera vez los cuentos de Antonio Tabucchi, reunidos en el libro “El tiempo envejece deprisa”, fue una sensación un poco extraña. Era como sentir que estaba frente a algo que no tenía nada de raro ni de espectacular, pero, al mismo tiempo, algo que disfrutaba bastante. Como una taza de café cuando hace frío, un placer simple y cotidiano, capaz de llenar de aroma y sabor la mañana.

Tras la conversación que mantuvimos en el Salón de Lectura, luego de leer entre todos un fragmento de uno de los cuentos de ese volumen, pude entender mejor esa “sensación extraña”. Como suele pasar, mi percepción ya entendía lo que mi intelecto no era capaz de poner en palabras. Me gustaba, pero no podía explicarlo de una manera que resultara lógica para mí misma. No encontraba los elementos que habitualmente saltan a la vista cuando me llaman la atención determinadas cosas. La belleza en este caso era mucho más sutil, casi un susurro cuyo lenguaje no llegaba a desentrañar.

Maybell lo dijo de una manera clara: en las obras de este señor hay literatura. Y fue como si prendiera una luz en mi cabeza que muchas veces tiende a sufrir apagones. Claro, de ahí venía esa belleza sutil que no se manifestaba en efectos espectaculares, en un argumento intrincado o en personajes llamativos. Era lo cotidiano, pero expresado de una manera bella.

El primer elemento donde podemos reconocer lo arriba mencionado es el lenguaje, ya que éste es utilizado sin rimbombancia alguna, pero con las palabras exactas para construir las sensaciones que el autor desea compartir con el lector. Sensaciones de la vida normal, de personas como cualquiera de nosotros, que viven, recuerdan y siguen adelante con sus propias historias. Un lenguaje muy acorde con la temática elegida por el autor para las historias reunidas en ese libro: la profundidad de lo cotidiano, que por eso mismo se vuelve también universal.

El tono, calmado y casi distante, como de un observador neutral y a la vez comprensivo, resulta también muy acertado para generar el ritmo de su narrativa, un ritmo que a pesar de no tener acción –tal como solemos concebirla– o cuestiones inusualmente llamativas, nos introduce a fondo en la historia. Tal como cuando tomamos un baño tibio en el invierno, algo tan normal para nosotros, pero que también da tanto gusto.

Para redondear este comentario, creo que lo mejor de este autor está en alcanzar lo que, a fin de cuentas, es el sueño de todo artista: esa voz propia que lo distinga del resto del grupo. Ese único rasgo personal donde puede residir la originalidad tan añorada, en un mundo donde todo ya se ha dicho y contado hasta el cansancio. En el caso de Antonio Tabucchi, una voz que es para el lector como suave y familiar. Una voz que parece hablarnos desde lejos, desde esa lejana familiaridad que tienen los recuerdos.

11.03.2012

*El cuento era "Clof, clop, clofete, clopete".

viernes, 12 de agosto de 2011

Traducción de un artículo: 10 reglas principales para crear a tu héroe

Quise traducir este artículo que leí en el blog Amazon Studios (lo encontré vía Twitter, @TheScriptLab) porque me pareció muy interesante (además de simple y claro), no solo para guionistas (a quienes está originalmente dirigido), sino para todo aquél que tenga el deseo de crear y contar una historia. Al final está el link con la versión original en inglés. Espero que lo disfruten.


Desde el laboratorio de guión: Tu Héroe, 10 reglas principales.

Por Michael Schilf

El personaje más importante del guión es el protagonista, el héroe. Sin él, no hay historia. Pero para crear a ese personaje inolvidable, debes conocer la totalidad del iceberg, así que sigue estas diez reglas claves y esculpirás un héroe que rompa el molde.

1. Esperanza y Miedo

Al crear a tu héroe, la conexión con la audiencia es fundamental. Tu héroe debe ser alguien interesante, que desea algo intensamente y está teniendo problemas para conseguirlo, Y además alguien que le importe a la audiencia ‒alguien que ellos esperen que obtenga su objetivo principal pero cuya meta teman que se vea frustrada por fuerzas externas o por el propio héroe.

2. Simpatía vs. Empatía

Crear un héroe hacia el cual sintamos simpatía es una GRAN ayuda. Es casi imposible que no nos importe si lamentamos la desgracia de alguien, eso sin mencionar que la simpatía frecuentemente se equipara a que un personaje sea agradable (que guste), y es fácil tener esperanzas y rogar por un personaje agradable. Sin embargo, la simpatía no es el ingrediente esencial. La empatía es la clave. No todos los héroes son agradables ni deberían serlo; hay muchos héroes (o antihéroes) que no nos gustan, pero a los cuales seguimos porque somos capaces de entender por qué hacen lo que hacen. En la película “Monster” (2003), por ejemplo, Aileen Wuornos (Charlize Theron) es una asesina en serie. Claramente, no nos debería gustar lo que hace, ni deberíamos disculpar sus asesinatos a sangre fría, pero porque podemos sentir empatía con la cruel realidad de su niñez plagada de profundos abusos, esperamos que ella sea, no obstante, capaz de sobrevivir.

3. Actuar valientemente

Tememos que los protagonistas sucumban a sus debilidades, pero esperamos que ellos actúen valientemente bajo circunstancias extraordinarias. Pocas cosas las disfruta más la audiencia que ver al protagonista común, arrojado a una situación extraordinaria, superar tremendas dificultades simplemente siendo valiente. Entonces no es solamente lo que el personaje está tratando de alcanzar lo que nos hace alentarlo, sino también la distancia que está dispuesto a recorrer para conseguirlo. Asegúrate de que la distancia sea grande. Queremos un viaje.

4. Conocer el sueño/la meta

Es más que simplemente conocer el objetivo principal de tu héroe ‒esto es, la persecución de lo que tu protagonista está tratando de alcanzar y que da la forma para trazar la historia principal de la película. Debes conocer cada sueño, necesidad y deseo. Toma como ejemplo una película de acción en la cual el héroe se encuentra en una persecución de vida o muerte para rescatar a su hija secuestrada, el objetivo principal es obvio, pero qué hay de las otras metas: ¿se arrepiente del pasado y promete ser un mejor padre?, ¿secretamente desea ser aceptado? ¿o es algo más tangible, como el deseo de llevar a su hija a un partido de los Yankees por primera vez? A medida que más entiendas lo que tu héroe desea ‒tanto interna como externamente‒ más fácil será para tu audiencia defender o apoyar sus causas.

5. Conflicto equivale a Felicidad

Justo cuando pensamos que las cosas no se pueden poner peor para un personaje (o personajes), se ponen peor; y cuando absolutamente no hay forma de que las cosas se vuelvas más complicadas, lo hacen; y finalmente, cuando no hay posibilidad de que las cosas se deterioren aún más, llueve. Siempre llueve. Pero los mejores conflictos ocurren por causa de los propios defectos del personaje: arrogancia, duda, narcisismo, celos, exceso de confianza, etc., porque es con los propios defectos del personaje con lo cual lo arrastraremos a más problemas, y los problemas auto-inducidos son la receta para el éxito.

6. Creando debilidades

Así como los mejores villanos son aquellos que tienen varias capas o niveles y son complejos ‒tipos malos hacia los cuales la audiencia puede sentir empatía‒ la misma regla se aplica a tu héroe. Cuando tu héroe es verdadera y esencialmente “bueno” en todas las situaciones, es rígido y estereotipado y no muy interesante. No tenemos razón para temer por él, ya que sabemos que siempre hace lo correcto. Sin embargo, si estableces desde el principio que tu héroe tiene debilidades (esperemos que muchas), e incluso desconoce estas debilidades, o las niega o trata constantemente de esconderlas, entonces es fácil que la audiencia se preocupe.

7. ¡Ataca! Ve por la yugular

Y cuando lo hagas, ataca con todo. Golpea a tu héroe en sus puntos más débiles, porque cuando acorralas a tus personajes, y quiero decir cuando realmente los estrujas, ellos revelarán cosas sobre sí mismos que ni siquiera sabías que existían. Y cuando los personajes se ven forzados a revelar cosas que no deseaban compartir ‒secretos profundos y cicatrices sicológicas‒ el conflicto es abundante, rico en emociones, y esas son las escenas que queremos ver.

8. La conciencia de los personajes

Cada acción genera una reacción, y nada es tan fácil como se ve. La realidad es que las situaciones son complicadas, especialmente lo que yace debajo de la superficie, y a pesar de que es obvio que tu héroe debe ser consciente del principal objetivo, generalmente es un error que tu héroe sea consciente de la total dimensión del tema desde el principio de la historia. Está bien que la audiencia vea la imagen completa (o no); algunas veces uno quiere que la audiencia la descubra al tiempo que lo hace el héroe. Pero más allá de las decisiones creativas que tomes respecto a lo que la audiencia sabe y cuándo lo sabe, es muy importante que tu héroe aprenda a lo largo del camino. El tema principal ‒y sus implicancias‒ debe revelarse a través del viaje de tu héroe.

9. Pensar de una manera que no favorezca

Esto puede requerir práctica, pero pensar de una manera que no favorezca a tu protagonista lo hará más creíble y más humano ‒porque todos sabemos que la gente real tiene un montón de defectos y hacen muchas cosas bastante feas. Para ponerlo de otra manera, cuando te gusta alguien, generalmente es muy difícil mirar sus acciones sin una inclinación parcialista a su favor, y esa falta de sincera introspección puede crear una ilusión inalcanzable, pero si borras esa inclinación positiva, inmediatamente haces a tus personajes muy humanos y más creíbles.

10. El Arco del Personaje: Crecimiento vs. Cambio

Al final de su viaje, tu héroe debería ser diferente debido a la experiencia. Este es el arco del personaje. Si no muestras la posibilidad de una transformación moral o un incremento en la sabiduría de tu protagonista (o protagonistas), realmente no tiene ningún sentido escribir el guión, ya que uno de los principios humanos fundamentales es que los seres humanos tienen la capacidad de cambiar. Este es el arco del personaje. ¿Pero hay una diferencia entre crecimiento y cambio? Yo digo que sí; no es solo una cuestión semántica. El conocimiento es crecimiento, pero actuar conforme a ese conocimiento es el cambio. Necesitas por lo menos uno de los dos.


Versión original en inglés:


domingo, 2 de enero de 2011

¿Qué es el Cuaderno de las Horas?

"... subrayados de lectores anónimos que años atrás habían soñado, reflexionado y aprendido en sus páginas y que ahora yacían bajo tierra convertidos en polvo."
Angela Becerra - Ella, que todo lo tuvo - p. 149


Básicamente eso. Mis subrayados. Lo que más me llama la atención de los libros que leo.

La idea es cargarle un poco de tinta cada día.

En su versión papel, vive de un modo discontinuo desde el 2006. Cinco años después, inaugura versión online para buscar alguna difusión a eso tan valioso que aún sigo copiando en el cuaderno de 200 hojas, una raya, que compré en oferta y terminó recibiendo ese nombre.

Nos adaptamos a los nuevos tiempos :)

En sus primeras páginas está escrita una breve y fantasiosa leyenda que quizás comparta algún día.

Y finalmente, ¿por qué lo de "Horas"? Porque para alimentarlo hacen falta horas de lectura.

Así nomás.

\(>_<)